Viernes, 20 de febrero de 2009, cuatro y cuarto de la tarde.
Tras casi tres años de servicio ininterrumpido apagamos Ortega. Desaparece el siseo de sus 4 ventiladores y el zumbido de sus discos SCSI. Con el silencio el tiempo se para. Una parte de mi muere. Una avalancha de recuerdos me sepulta. Ortega ha estado ahí desde el principio: el primer Subversion, la base de datos MySQL, las carpetas compartidas Samba. Todo lo que Trabe ha hecho, todo lo que hemos sido, ha pasado por las tripas de esta máquina. Parece que ha pasado un siglo.
El vetusto IBM ZPro que compré en una tienda de segunda mano cuando esta empresa no era ni un sueño descansa ahora en el almacén. Las cosas cambian. Es inevitable.
El ruido del nuevo servidor vuelve a poner en marcha el tiempo. La vida sigue sin ortega.
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…y sacó su orgullo de máquina y se negó a apagarse. Y David se aplicó sobre el interruptor. Y Ortega, en lugar de apagarse se reinició, dejando claro que si ahora está descansando en una estantería es únicamente por nuestra voluntad, no por la suya…
David, quiero que escribas mi obituario! :D me he emocionado y todo a pesar de que yo lo conocía poquito
Lucas, tío, ¡que no te vas a morir!
Dentro de muchos años me lo pides de nuevo. ¿Ok?